miércoles, 22 de abril de 2015

5 Actitudes que mejorarán tu vida y la de los demás. O: “Por un mundo más bonito”


1.- Soportar a otros con paciencia y amor (no importa quienes sean)
La paciencia es una virtud la cual permite que las relaciones humanas no terminen en asesinatos jaja. Sobre todo cuando se trata de soportar a otros. La paciencia en este caso nos permitirá no reaccionar en el instante diciendo o haciendo algo que empeore la situación a largo o corto plazo. Además de que está comprobado que el enojo  causa estragos en la salud. Así que si con paciencia soportamos a otros el enojo tal vez no llegue a aparecer, o aparezca y se desvanezca en un instante. Pocos la poseen pero puede ejercitarse.
¿Soportar con amor? El amor no es cariño. El amor se refiere a verse reflejado en el otro, va un poco más cargado a la empatía. La empatía nos hace comprender al otro poniéndonos en un lugar “más alto” por así decirlo (con una perspectiva más amplia, para que se entienda), ya que tus reacciones no serán dominadas por la irracionalidad o el miedo si no por la completa razón y el equilibrio de tus impulsos o la respuesta a provocaciones; tomando en cuenta qué es lo que tú querrías que se hiciese contigo si tú estuvieras en la situación del otro. Alguien con autodominio y equilibrio emocional disfruta más la vida que aquel que va con el ceño fruncido por el mundo.
La paciencia también nos permite analizar al otro durante las situaciones difíciles, por ejemplo si es un subordinado o un jefe, podemos aprender que cosas le dan miedo, gusto, enojo etc. para actuar sobre esos aspectos. Entre más información tengamos estaremos mejor equipados para actuar de la mejor manera cuando se nos presente una situación conflictiva.

2.-Cuidar lo que decimos
Hay millones de seminarios que hablan del poder de la palabra. Hay incluso experimentos que cuentan el efecto de las palabras en tejidos vivos y en la mente de sujetos sometidos a ciertas pruebas. Incluso el más reciente habla de la capacidad de "modificar"el ADN por medio de ondas. Independientemente de que esto sea por consecuencia de la propia energía acústica (vibraciones) más que del poder del pensamiento no solo hay que cuidar de hablar mal de otros, o de decir leperadas. Debemos tratar de hablar solo de las cosas que sirven para crecer como personas. Para embellecer el entorno. Esto no quiere decir que pongamos un velo en nuestros ojos y neguemos que existen cosas feas o malas en el mundo sino intentar ser realistas sobre cada cosa entresacando de ellas lo bueno y comunicarlo. El cerebro funciona creando conexiones (asociaciones entre conceptos, aprendizajes, procesos que se materializan en conexiones físicas entre neuronas) y reforzándolas. Así que si se habla solo de lo negativo estas conexiones se refuerzan, lo mismo de las positivas.

3.-Defender al débil y al huérfano.
Una vez más hablamos de la empatía; ponernos en los zapatos del otro. Cuando hablamos de “el débil” no solo estamos hablando de gente sin la suficiente fuerza física para realizar alguna tarea o para defenderse de algo o alguien, también hablamos de no tener la fuerza de voluntad para ciertas cosas. Si por ejemplo alguien no tiene fuerzas para defender su integridad por miedo hay que defenderlo. Sin embargo hay que ser inteligentes en esto. Defender no significa irse a los golpes o a los insultos a alguien. Defender es proteger de algún daño posible. La protección hacia un daño puede ejecutarse de distintas maneras. No necesariamente es en contra del agresor si no dándole herramientas al débil para crecer su fuerza.
Y bueno pues el huérfano es aquel que en estricto sentido no tiene padres; pero viéndolo un poco más profundo es aquel que carece de toda protección y guía. Si poseemos conocimiento y alguien más no, compartámoslo. Si alguien carece de guía, guiémoslo. He dicho muchas veces que la propia sociedad crea a sus monstruos que termina repudiando. Si bien hay mala hierba creo fervientemente que la mayoría de los “monstruos” pudieron evitarse si alguien hubiera volteado a ver a los “huérfanos”, aquellos a los que les faltó guía sobre el bien y el mal; a aquellos a los que les falto alguien en quien confiar para no crecer odiándose a ellos y al mundo.

4.- Poner límites.
Si alguien te ofende, te lastima o te hace enojar DILO. Hay que decirlo para poder dejarlo ir y no guardar resentimiento y que al mismo tiempo la otra persona se vaya haciendo consciente de sus actos y las consecuencias de tales. De esta forma los dos sujetos involucrados se construyen en lugar de destruirse. Dile a esa persona lo que te hizo enojar o lo que esa persona hizo que te lastimó, tomando en cuenta claro, los puntos 1 y 2. Todos nos enojamos, todos nos sentimos tristes, todos en algún momento hemos sido (o seremos) ofendidos. Si las personas del mundo fueran más determinados en poner límites, el mundo se manejaría de otra forma. Cuando se supiera de alguien que está haciendo algo dañino para los demás se le reprendería y a la larga se sentiría alienado recapacitando sobre su comportamiento.


5.-No juzgar
Este punto es el que a mí más se me dificulta. Mi mente ve el “juzgar” como un mecanismo de supervivencia. Veo los Pre-juicios como un análisis de posibilidades para evadir el peligro de lo que sea: salir lastimada, hacer el ridículo, caer en conflicto etc. Sin embargo me he dado cuenta a lo largo de mi corta vida que aunque aparentemente “hay niveles” de: moral, intelecto, educación,  cultura, estamos todos en las mismas condiciones. Todos tenemos traumas, miedos, manías etc. que nos hacen actuar como no somos. Deforman lo que podríamos ser en nuestra perfección pero que no logramos ser precisamente porque estas cosas nos lo impiden. TODOS. Así mismo me doy cuenta también que no solo yo estaría juzgando si no que todos me están juzgando a su vez a mí. Es una regla casi inquebrantable que como yo haga, así se hará conmigo. En este rebote de “juzgonerías” termina todo siendo un montón de prejuicios más que la verdad. Lo cual a su vez termina influyendo nuestras conductas. Así que terminamos actuando con base en mentiras o malentendidos. Por eso este mundo es un desastre :p


miércoles, 15 de abril de 2015

El Dios injusto que envía su creación al infierno.


Uno de los enunciados -erróneos- que he escuchado con frecuencia sobre lo "incoherente" que es Dios es el del título del post. Se preguntan: ¿cómo es posible que un Dios que es amor puede mandar al infierno a su propia creación?  si se supone que los ama esto no suena a justicia, suena a crueldad.

Bueno creo que el error se debe a la pura ignorancia. 
Primero que nada Él no "los manda". Técnicamente podría decirse que sí, pues él es quien da el veredicto final; sin embargo es después de un juicio y no sin antes proveer la salvación.
(Juan 3:17-19) (Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.) (Hechos 4:12, Marcos 16:16, Mateo 18:11 aunque esta última cita no la encontrarán en la Biblia católica y otras versiones.) 

Dice que si creyeras que Jesús es el hijo de Dios practicamente estas del otro lado. (Creer habla de convicción no de palabra: decir "yo creo" no es creer, es decir.) Por lo tanto Dios no es injusto pues provee un juicio y un camino de salvación. Sería injusto decidir sin enjuiciarnos y sin darnos alguna alternativa de salvación, eso sería ser injusto.  Si ese Dios no proveyera salvación alguna, no te llevara a juicio por tus obras y solo te "mandara" al infierno, entendería el descontento. Más bien suena a que nosotros solitos no escogemos la salvación y por lo tanto nos cruzamos de brazos aceptando la condena. Es como si llegáramos ante el juez hoy habiendo cometido fechorías y este nos preguntara: "Mire señor usted hizo todo esto pero tenía la opción de pagar la fianza, la pagó?" (creer en la salvación de Jesús) y dijéramos: "no, no quise"(no quise creer en la salvación de Jesús). Pues que va! No hay más, pague su condena (al Infierno).   Un día cuando todo esto termine no podremos decirle: Quiero salvarme ahora que veo que todo era verdad. Así no funciona. 

Aún así esta condena incluso es un poco mas sublime que la que los humanos realizan. Los humanos condenan por intelecto, preferencia sexual, apariencia, clase social, cultura etc. etc. Es decir por cosas subjetivas dependientes de cada sujeto que cree tener la verdad y sin embargo se encuentra en las mismas condiciones que todos a los que condena. Dios en cambio es completamente ajeno a este sistema en el que nos desenvolvemos como sujetos. Nada de este sistema lo define o limita a Él; Él no es subjetivo, pues no es un sujeto; Él es. Dios sí puede ser objetivo.  (Es un objeto, el objeto en sí). Él no sabe la verdad Él es la verdad (otra vez el objeto en sí). Si no aceptas la verdad, la vida, el amor, la justicia y la bondad...yo creo que sí "mereces" el infierno.


Con esto Dios solo pide que creas que Jesús es su hijo. Además de que esto implicaría estar de acuerdo con lo que Jesús predica, que básicamente es la equidad, justicia, paz y amor cosas que en sí nosotros estamos buscando porque nos hacen bien fuera de sí creemos o no en un dios. Todos los sacramentos extras y dogmas, rituales e incluso las etiquetas de "pertenezco a tal o cual religión" la verdad vienen sobrando; sí: los han venido engañando; salvarse del infierno es una decisión propia y al alcance DE TODOS solo se necesita creer que Jesús es el Hijo de Dios y que tiene la facultad de eliminar de tu vida todas esas actitudes, mañas, malos hábitos y todo lo que se te ocurra que destruyen tu cuerpo, tu mente y aquellas conductas que son un freno para tu desarrollo integral: cuerpo, mente y espíritu.