lunes, 11 de mayo de 2015

Crear o creer

Estoy haciendo mi tesis de Maestría sobre unas aplicaciones específicas de redes neuronales y unas cosas sobre creatividad. Sí, soy Ingeniera recuerdan?

Investigando me asaltó un pensamiento. Las redes neuronales emulan o tratan de imitar el proceso de las neuronas del cerebro. Estas están conectadas y dependiendo del estímulo que se recibe o el proceso que se necesite se excitan y emiten una respuesta. Al ser impulsos eléctricos se puede imitar más o menos el procedimiento biológico con circuitos electrónicos y sistemas de control.
Dándole muchas vueltas a mi trabajo que se trata de automatizar ciertos procesos de clasificación, me di cuenta que se podría avanzar un paso más. Es decir en lugar de solo clasificar imágenes o sonidos por ejemplo, una vez alimentado el sistema de todo esto, como las redes neuronales “aprenden” si se les enseña, estas podrían aprender a generar sonidos nuevos o imágenes nuevas. Es decir, la inteligencia artificial que hoy por hoy ha avanzado bastante crea ya nuevas pseudo composiciones de música y pinturas. O sea esta emulando el proceso de “CREAR”. La creatividad al parecer era propia solo del humano. Ahora vemos que no.  Primero me asusté porque todos estos pensamientos de los científicos que dicen que solo somos un conjunto de células y nada más parecía cobrar fuerza y verdad. Luego más bien me dí cuenta de la importancia del espíritu. Que todo lo demás, el cuerpo y el intelecto son pasajeros son “desechables”. Son herramientas (muy poderosas) para hacer crecer o alimentar el espíritu (o incluso destruirlo). Pero lo que realmente importa y pocas veces nos dedicamos a cuidarlo o fortalecerlo es el espíritu. Es decir las piezas de “arte” creadas por esos robots se parecen mucho a las nuestras en forma pero no en contenido, no en esencia. La esencia es la que las hace diferentes. Yo creo que si bien nos plantaran frente a un abstracto hecho por un robot y un abstracto hecho por un humano auténtico, verbalizando (y porque el humano tiende a querer agradar a los demás) probablemente no sabríamos distinguir una de otra y dijéramos lo convencionalmente esperado en lugar de lo que realmente “sintiéramos”. Y ¿qué es eso que sentiríamos? En el intelecto o en el cuerpo (la vista) nos costaría trabajo. Pero estoy segura que uno de los dos abstractos transmitiría algo más allá del cuerpo en el espíritu y el otro no. Sin embargo como nuestro espíritu está muy poco alimentado no sabríamos detectar eso que emana de una experiencia estética auténtica.
Esto vendría de que al "crearse" la pintura los humanos imprimimos de cierta forma un "algo" en cada cosa que creamos pero obviamente a nivel espiritual aunque se refleje de ciertas maneras en lo material.


Bueno obviamente esto es mi pura opinión. No cuento con estadísticas pero quizá en algún momento realice el experimento. También obviamente me hizo pensar en que, si nosotros con nuestra inteligencia pudimos crear algo que en estructura y proceso sea SEMEJANTE  a nosotros, a nuestra forma de pensar (tanto biológica como lógica) pero es inferior a nosotros (en otros ámbitos, no en el cómputo –como percibir la experiencia estética más que solo captar los estímulos-), ¿Por qué nosotros no podríamos ser una forma inferior de un SER Superior que imitó su forma de ser y la plasmó en seres inferiores? Bueno sé la respuesta, a nadie le gusta ser el “inferior” de nadie porque por lo menos en nuestra especie (corrupta) eso normalmente tiene una mala connotación. Significa opresión y pérdida de la libertad. Claro que, esta connotación viene de concepciones erróneas puesto que nunca hemos sido sometidos a un ser superior que nos oprima. Los dictadores y monarcas (incluso los nuevos gobernantes) que han oprimido pueblos o grupos de personas diferentes no son superiores a nadie. Son exactamente iguales a todos nosotros solo que tienen autoridad mal ganada o mal otorgada (por el pueblo). A fin de cuentas no son seres superiores son iguales. Por eso digo que es una concepción errónea. 

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